jueves, 2 de septiembre de 2010

mutatoes



Cuando trabajaba en el diario, había mañanas en las que uno estaba envuelto en fuego. Y en medio de una entrevista importante, o de una escritura inspirada, los editores recibían una llamada de una secretria de abajo, y nos asignaban atender a algún ciudadano que se acercaba a contar su historia. Pocas de esas charlas veían la luz luego, por que generalmente eran extrañas, poco fundadas o insignificantes.
Un día llegó un caso de un señor con una papa en forma de cabeza de mickey mouse, pero nadie bajó a fotografiarla. Nos enteramos porque la misma telefonista que recibió el mutante no avisó al tiempo.
Me parecía un disparte, por eso no informè a nadie- confesó a uno de los pasantes que preguntó angustiado. 
El chico quedó repitiendo, mientras se golpeaba la cabeza contra la máquina de snacks- una papa con forma de mickey! como no la vi! una papa con forma de mickey.
A quien no le pareció una idea tan loca es a la artista plástica alemana, Uli Westphal. Hace un par de años que se dedica a coleccionar vegetales y frutas con formas extrañas. Les llama mutatoes.
Hubiera sido un crack  que una berlinesa se viniera en busca de un tubérculo mickey mouse después de leerlo en la gaceta! 

Una ciudad de bicicletas


Odio los autos, me pongo nerviosa al manejar, por lo menos en mi ciudad que es chiquita y caótica. Me canso de adivinar qué puede hacer el de al lado, porque nunca se sabe. Se vuelve todo  tan de pronóstico reservado que no puedo controlarlo. 
Las motos que tiene alma de mosquito no respetan ninguna ruta marcada, y hacen malabares entre los autos solo para ponerse primeras en los semáforos, para inaugurar la carrera.. Los peatones se lanzan  siempre suicidas.
Viviría feliz en una ciudad de bicicletas inofensivas, de choques blandos, de besos de ruedas que se encuentren sorpresivamente en una esquina. Andaría en vestido, en tacos, con piloto de lluvia no me importaría. Tendría una canasta de mimbre para la netbook, y para las compras de las frutas . Pedalearía tranquila, con curvas cortas para hacer dibujos de  serpientes en la calle.

Es snob!


Es snob, escuchar un negro cantando en la Gran Central Terminal Station de New York, y comprarle un disco pensando que será el nuevo Satchmo, y vos lo acabas de descubrir.
Se llamaba Euniquez, lo único alternativo era el nombre, las canciones un lugar común tras otro, puros clichés de radios de trasnoche . Cuando llegué a casa su voz sonaba latosa y desentonada.
No sirvo como coolhunter, me llevan de las narices las apariencias.