sábado, 31 de enero de 2009

Lios con la autoridad


Era de tarde y habia que hacer unas compras. Fui al supermercado chino que màs cerca quedaba de casa. Necesitaba manzanas verdes para un purè y cualquier cocinero sabe que son irremplazables. NO hay roja por verde. El sabor àcido le da el caràcter al preparado.
El salòn de ventas estaba vacìo, la señora chinezca miraba con sospecha como yo buscaba la zona de las frutas , y escudriñaba cada producto novedoso a mi paso. Cubanitos, merengues, dulce de leche en tarro de cartòn, caramelos de leche, holandas. Me traìan recuerdos de cumpleaños y kermeses de San Roque.
La señora chinezca me seguìa observando. En una de esas me acerquè a la caja dispuesta a pagar, y le preguntè si tenìa manzanas, haciendo con mis manos la forma redonda. Ella me miró asustada, y me dijo- no hay ahi? señalando hacia el fondo donde se hayaban los algodones y pañales.
Yo dije no importa, y antes de entregarle el dinero, pedì que esperara para agregar la manteca que me faltaba. Corrí hacia la heladera de los làcteos. Busqué monedas para darle el cambio justo y paguè.
De repente la señora gritó, mirando hacia afuera - policìa, policìa.
Quedé de una pieza pensando ¿ habrà creìdo que robè algo? ¿que le di dinero falso?
El agente llegó en un instante y me miró increpándome. Preguntó qué sucedía.
Malzana, malzana, dijo la señora.
-¿Manzana? dijo el oficial- no señora- no tenemos verdulerìa busque en los gordos del frente.
Respirè aliviada, el corazòn me volviò al cuerpo, los lios con la autoridad no son poca cosa.
-Es que yo no sabe, no sabe, replicó la anciana.
Yo me fui sonriendo, aún sin manzanas. Siempre me gustó ese cuento del hombre que se compra los zapatos más chicos para disfrutar el momento en el que se los saca.

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