miércoles, 29 de julio de 2009

Buenos Aires, monstruo dormido y engripado


Para empezar el viaje de los tres hermanos hacia Nueva York teníamos que pasar varias pruebas difíciles. En primer lugar en Buenos Aires la espera era de varias horas entre aeroparque y ezeiza y no valía la pena ir a un hostel por 7 horas. Lo ideal hubiera sido un telo o cualquier alojamiento por horas, pero de solo imaginar que la recepcionista fantaseara con un menage a trois nos revolvía el estómago.
El centro era nuestra parada para matar el tiempo, pero la gripe porcina nos cercaba los lugares donde esperar.Vagabundeamos mientras pudimos.
Terminamos la primera parte de la noche con un café y un brownie agradable, luego de ir a un cine freak, freak por el público más que por la película,(dos inmigrantes peruanos escapando del control aduanero, un anciano con una jovencita erótica con peores intenciones, un travesti tímido, y una dark y su novio nerd)más nosotros devenidos en homeless.
New York nunca duerme pero Baires sí. Fuimos caminando contrareloj, metiéndonos en bares que cerraban una hora y media hora más tarde, haciendo un camino inverso al tiempo que avanzaba. Obviabamos los derechos laborales de nuestro prójimo para estar protegidos en ese monstruo dormido.

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