miércoles, 21 de octubre de 2009

To see or not to see y la trsiteza



Desde abril, caminé la calle Crisóstomo 263 veces. La calle a la que alguna vez llamé la más triste de todas las calles.
Pero esta vez había una tienda deliciosa que me obligaba a caminar torciendo la cabeza de costado. Era un negocio de películas clásicas y de cine independiente, prolijamente ordenadas en repisas como si fuera un cineclub petrificado en los 70. Todo adentro era ocre, con una veladura que la hacía impenetrable para el transeúnte apurado. Detenerse a mirarla obligaba a juntar las manos a la altura de los ojos y formar un pequeño toldo que acaparase oscuridad.
Y aunque me esperaban en tribunales, podía quedarme horas leyendo título por título, formando una lista de preferencias para comprarlas, que se desvanecía apenas encontraba "esa otro" que era mejor que la tercera pero inferior a la cuarta. Y ahí comenzaba el ordenamiento de nuevo.
Leerlos, era todo lo que no pasa con un estreno. No había anticipación, Era pura retrospectiva. Porque aunque no las hubiera visto antes, estaban, de seguro, en el inconsciente colectivo.
Nunca me decidía a pasar el umbral y elegir alguna, comprarla, llevarla a casa. Es que siempre me he preguntado si se deben comprar las películas que aún no se han visto o uno debe hacerlo recién después de vistas, cuando ya son seleccionadas y pasan a formar parte de la cinemateca estructural que llevamos dentro.
¿comprar para conocer o conocer para atesorar lo que ya se conoce?
Las dejé a todas esas viejas películas esperando a que yo tomara una posición casi filosófica.
Ayer pasé y la tienda estaba vacía. Un cartel muy grande decía: Se alquila. (el local ,no las películas).
Hoy volví a pensar que esa calle, la calle Crisóstomo, es una de las más tristes, más tristes de del mundo.

3 comentarios:

Mel Blanc dijo...

Tal vez si la calle hablara, diría que había una chica triste que no supo aprovechar la única cosa alegre, pero efímera, que la calle le podía ofrecer.

u s a, no U.S.A dijo...

tengo problemas con la avenida roca, y ella también conmigo

Daniela Lopez Testa dijo...

no nos dejés con la intriga. No imagino qué te puede haber hecho la Roca...