viernes, 22 de enero de 2010

Dadaísmo


Estábamos en Montevideo en una librería jurídica. La empleada que nos atendía era bastante informada. Aproveché para hacerle miles de preguntas. Después de un rato empecé a averiguar incluso de lugares turísticos.
En un momento de la conversación le pedí la ubicación de la feria Tristán Tzara y estalló en una carcajada. Me di cuenta del error y le dije, me confundí con el escritor... cómo es el apellido de este Tristán? Estaba entre Bauer, Tzara de nuevo, el padre de la sirenita, podrían haber sido miles. Me dijo que era Narvaja pero se siguió riéndo muchísimo, como si se lo imaginara a Duchamps haciendo morisquetas, a los bigotes de Dalí llenos de crema, a una cabeza con bonete dentro de un migitorio, o todo el manifiesto dadadísta representado por las llamadas de Montevideo, entre plumas y tambores.

1 comentario:

Lucía dijo...

En esa feria se pierde la nocion del tiempo.
Está bueno tu blog.

Un beso.