domingo, 22 de junio de 2008

Malditos esteriotipos


Si una pareja se rie, sentada al piso, con cajas de comida china... están enamorados.
Si una chica habla con la boca llena, frente a un chico, la confianza y camaradería son totales.
Si una madre corta vegetales en la mesada de la cocina... es una madre amorosa.
Si el hijito se olvida su almuerzo, y el padre o madre se lo alcanzan, antes de que se vaya, es que algo le va a pasar el nene.
Si al personaje las cosas le salen mal una vez, la segunda, le saldrá todo perfecto.
SI un auto persigue a otro a toda velocidad, si alguien choca será el malvado.

Me pregunto si es parte de la receta del cine industrial manejarse con esteriotipos? es quizás la manera más sencilla de mandar un lenguaje unívoco, o al menos intentarlo. o es la mejor manera de hacerse entender por un público dopado a esteriotipos, adictos a ellos, que no quieren ver otra cosa que no sea más de lo mismo, un público que tiembla de abstinencia con un planteo nuevo, que lo saque de los moldes. El cine argentino también los tiene (y si no vean el resultado del amor por ej), la televisión argentina, latinoamericana, del mundo entero.
No estarían mal los esteriotipos si sólo fueran una estrategia comunicatica inocua, pero no son tan inocentes como parecen, y hacen mucho, pero mucho daño.
La tv, el cine, los medios, tienen una importantísima influencia en nuestra imagen del "mundo", dan material, lo significan y lo resignifican y crean una conciencia colectiva tan poderosa, que es dificil apartarse de su efectividad.
Los esteriotipos son como unidades básicas de ese lenguaje, creados por seres humanos que estudian la sociedad y sacan de ella esos prejuicios, o que inventan , los suyos propios de sus vivencias, experiencias, de sus ideas y creencias, de sus ideologías, y los repiten, los repiten y..... miente miente que algo quedan.
Así tenemos a la rubia tarada, al judío mezquino, a los turcos tramposos, a los gallegos sucios, a los alemanes chupadores, a los rugbier sin cabeza, a las modelos huecas, a las amas de casas frustradas (o desesperate), a los indigenas retardados, a los pobres delincuentes, a los del interior cabecitas negras.
Y la lista podría continuar...
Cuánto de eso hay realmente, y cuanto de eso lo creemos porque así nos lo dijeron.
Los esteriotipos nos encansillan, y en vez de ser nosotros, nos manejamos con imgenes de nosotros, y en vez de ser humanos diferentes terminamos siendo maquetas prediseñadas, muñecos de plastilina, de trapo de lo que sea.
Y la ciudad es una masa de hombresitos divididos por sectores, que no se mezclan y que para encajar en el molde, se cortan lo que sobre, de brazos, o de piernas, o por sobre todo, lo que sobre de cabeza.

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