jueves, 31 de julio de 2008

Almuerzo de mujeres


No sé, si notaron cómo los ejemplares del sexo femenino tendemos a salir a almorzar con amigas más que otro especímen, y entonces se plantea el problema de la culposa comida a ingerir. Dado que las mujeres vivimos con la exigencia social de la prudencia estomacal, es deseable entonces ser muy poco apetentes.
En sociedad no podemos mostrar el hambre reprimido por veranos de veranos. Y sólo nos queda asaltar las cocinas cuando ningún hombre nos está viendo.
Para nosotras se ha inventando menues como ensalada de hojas verdes, que apenas no es presentado, nos dan más ganas de aplicarle un trabajo de jardinería que comerlo. Para nosotras los helado se hicieron en versión ligth, y hay que admitir que son más light que helados. Porque diganme cualquier objeto que se les pase por la mente en este mismo instante, y seguro que se les parece más que a un helado verdadero.
Pero mis amigas no tienen esa suerte conmigo. Cuando salgo a almorzar almuerzo. Si pinta un postre no me reprimo, cuando tomo un café de salida, no me resisto a acompañarlo con chocolate. Y si el mozo me pregunta si a la coca la quiero light, me ofendo.

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