lunes, 9 de marzo de 2009

Los volcanes de chocolate más tristes del mundo


Hoy cociné los volcanes de chocolate màs tristes del mundo. Los preparè por horas, lentamente disfrutando de la cocciòn, de los olores del chocolate cuando està por hervir, sus vapores, del sabor del merengue comido directamente de las paletas de la batidora, de su textura, del bailar de los huevos entre polo y polo para dejar caer la clara y atrapar la yema como si fuera un pez de un oro brillante que no se debe escabullir con la baba. Puse atención, me llené de colores, y sensaciones al observar, al mezclar, fundir , probar cada mezcla. Pero cuando terminé, y salieron esponjosos, perfectos, a penas crocantes por arriba y tibios y suaves por dentro y con corazòn de chocolate lìquido, mi casa estaba vacía, no había nadie para comerlos.
Ni siquiera yo me animè a merecerlos, y los envolvì en papel film y los puse en la heladera, quedaron apretujados en ese plàstico trasparente al borde del suicidio. Puse una fuente con carne adelante, para que no se tiraran al vacìo desde el borde del estante. Cerrè la puerta y no me dieron pena, despuès de todo los seres humanos nos sentìmos igual, màs de la cuenta.

2 comentarios:

Juanjo Domínguez dijo...

Por la foto se ve que salieron un bombazo. Si te queda alguno, mandámelo con un servimoto aunque sea. Yo lo pago aquí.

Daniela Lopez Testa dijo...

No quiero acabar con la credibilidad de las fotos de mi blog pero, ejem, este no es el caso de una foto verdadera, la saquè de google, perdòn, en serio, para la próxima.