lunes, 22 de marzo de 2010

Tierra tragame


Conversaba con la señora más grande del grupo al que estamos entrevistando para nuestro proyecto, tenía cerca de 80 años.
Desde que comenzamos hablar no había podido abstraerme de sus dientes. El esmalte era blanco radiante, destellaba en medio de su piel demasiado tostada por el sol. Tan blancos que ya parecían fosforescentes, que se iluminan en la oscuridad de la galería, que encandecían. Tenían luces de neón propias, eran anuncios encendidos, luciérnagas pegadas al paladar, heladera abierta a media noche, computadora prendida en la oscuridad del cuarto.
Mientras trataba de retomar el hilo de la conversación, me envalentoné y decidí probar mi hipótesis: Una sana alimentación,como lo es la del campo, la del valle del tafí, favorece el esmalte dental. No cafés de la ciudad, no té negro, no coca cola. Además Claruza era de una comunidad indígena, yexiste ese mito de que utilizan cenizas en lugar de dentífrico. Estaba a punto de ser testigo de los beneficios del ave feniz en la boca, momentos antes de resurgir. Quería llevar el testimonio a la ciudad.
Me animé e hice el comentario.
-Doña Claruza, tiene una sonrisa hermosísima- Ella la muestra resignada.
-Me encanta el color de sus dientes, son impecablemte blancos ¿Cómo hace para cuidarlos?
-No, mija, dice ella levantando el tono de voz molesta, no son míos,es dentadura postiza!
Lo primero que hago es mirar alrededor, para ver si no tengo testigos, si mis compañeros no me han escuchado, y cuando me cercioro de que no he levantado al perdiz, hago un huequito en el suelo para que la tierra me trague.
Imagen: I CAN TEACH YOU HOW TO DO IT

1 comentario:

Sebastián Nadal dijo...

Jajajaja, QUE NUNCA TE PASE!!!