jueves, 22 de mayo de 2008

La hermana más hermosa


Acuario (cuaderno de Isabel)

Pensé que éramos distintos. No teníamos horarios ni regímenes de visitas, que compartíamos todo como en un acuario, donde vos eras el indiscutible Rey y yo su Reina. El agua era nuestro hogar y nuestra casa y ese medio dúctil donde nos movíamos sin chocar, sin enfrentarnos nunca. Creí que nos alimentábamos del amor del que es incrédulo Calamaro, que en el medio acuático tirábamos palabras como quien tira palabras al viento y que giraban con nosotros y con las burbujas. Pensé que el estudio, y los escritos, y los cuentos, y las historias vagabundas eran una especie de adorno para peceras. En una esquina estaba Crash, y en la otra lo que sucedió la otra noche, y en el medio ofertón, y al costado alguna carta de novios. Pensé que éramos eso, que nos hablábamos y entre balbuceos de agua nos entendíamos, que nuestras escamas se acariciaban y se movía la estructura del Universo; que nos acompañábamos, que éramos nuestro todo. Todo eso pensé. Pero un día vino la hermana más hermosa, la libertad, que es enemiga de los novios que se aman y que es una ilusión egoísta e inalcanzable y desapareció el Acuario, el agua, el alimento, los adornos, el feng shui acuático, las burbujas. Hiciste las valijas y te fuiste a lo de un tal amigo, y quedé sola dando vueltas, contando el movimiento pendular de las algas y esperando los llamados que prometiste cuando te ibas.
Siento que soy un otro. Novela Inédita. Copacaravana

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