domingo, 13 de abril de 2008

Para diván...


Mi mayor problema es un asunto con las ilusiones que aún no resuelvo.
Pueden decirme que vamos a un velorio y pedirme que me prepare, si luego me avisan que se suspende podré estar mal todo un día, peor por la cancelación que por el muerto resucitado.

2 comentarios:

u s a, no U.S.A dijo...

Deberían existir algun tipo de tarjeta de invitación en la que claramente se lea:


Usted esta invitado al velorio de Mengano a realizarce en tal lugar y al posterior entierro en vaya saber uno donde.

No se suspende por resurrección y menos por lluvia.

Confirmar presencia


Con esto evitaríamos cualquier tipo de desilusión y litros de cafes desperdiciados. Suele pasar que el difunto no era del agrado de la gente y el velorio termina siendo un clavel, porque no va nadie.

Ya que estamos le cuento uno de velorios: dice que entra un borracho a un velorio cantado el CUMPLEAÑOS FELIZ.
Lo paran unos metros adentro y le dicen disculpe esto es un velorio no un cumpleaños.
El borracho: - Ah ya me parecía porque la torta era muy larga-.

Siga de Caravana pero aflojele a las copas.
Le mando un bneso y nos estamos viendo

Daniela Lopez Testa dijo...

Peor que encontrar un gusano en la manzana, debe ser encontrar la mitad de uno, qué cierto!
Lo peor de la resurección del homenajeado del velorio, debe ser darte cuenta tarde, una vez que está enterrado, cuando uno reabre el ataúd y lo encuentra tado rasguñado. Lo mismo con los que elijen la cremacíon y despiertan en el momento en que las llamas los están consumiendo. Dicen que en los crematorios se suelen escuchar gritos de ayuda. Es que la catatonia no hace diferencias, a todos nos puede tocar, por eso mejor los velorios largos, concurridos, con mucho café, y con cofre sin tapa, para que los convidados tenga la certeza de que estamos bien muertos.