miércoles, 5 de marzo de 2008

El dilema de mis uñas rojas


Nadie las quiere, y les confieso, not even me. Ni siquiera yo las quiero, son estúpidas, son huecas, me llaman desde cualquier lado. Si tuviera que volver a nacer elegiría no habermelas pintado nunca, porque cuando son rojas me hieren de furia, y apenas decido deshacerse de ellas, apenas escapo de su poder, mis otrota pintadas uñas, se muestran ahora con tinte natural, y basta eso para que las encuentre descoloradas y las extrañe a las rojas.
Me paso 12 horas del día odiándolas rojas, deseándolas carnes, y otras doce horas maldiciendolas despintadas y rogandolas de color.
Quizás sea el drama universal de las mujeres, quizás sea sólo mío, pero las uñas rojas me han arruinado la vida.

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