miércoles, 5 de marzo de 2008

Protesta de colorados II




A propósito de un comentario de respetado colega blogger Usa...
Yo no estoy de acuerdo con la protesta de los colorados, por si no se entendió he aquí mi declaración de principios:
Creo en el poder de la imagen, creo en la persistencia de las marcas en nuestra vida, en la gravitación que tienen, en la convivencia con nosotros.
Sé que nada está librado al azar en cuanto al diseño gráfico y que es esencial el definir la composición de la imagen, la combinación de colores, la disposición en el encuadre y la elección de las formas. Porque todo ello acompaña al mensaje y no sólo acompaña sino que hace al mensaje mismo.
Sé que las empresas buscan ser recordadas, por un símbolo que las identifique más allá de las palabras, que las convierta en universales, y no creo que se trate de un delito. Después de todo, el hombre siempre ha recurrido al significante, para indicar el significado, es natural esa abstracción, desde los egipcios, desde los sumerios (que son anteriores) hasta nuestros días. Las empresas son parte del mercado y de la sociedad, y aplican los conocimientos de lingüística y de diseño a la venta de sus productos.
Una publicidad vejatoria , que se ría de enanos, ancianos, que fomente prejuicios discriminativos, que se burle de un grupo de personas, me parece espantosa, condenable, por el daño que está causando en el imaginario colectivo, por el mensaje latente y la perpetuación de ciertas estructuras injustas. Pero un logo, un logo, con una niña colorada, con dos trencitas sonriendo no me parece una burla para los colorados, de ninguna manera.
Creo que aparecer en esa situación en un logo, da muestras de otras épocas cuando se identificaba a las marcas con las personas, hoy se sabe que no es bueno recurrir a la publicidad hecha por un famoso , salvo en el caso de las modelos de ropa donde sí es necesario, porque se termina recordando al famoso y se olvida a la marca.
Una coloradita linda y simpática que nos mira desde un logo, ni siquiera es una fotografía, sino que es un dibujo, me resulta simpática, y no creo que sea agravante de ninguna situación discriminatoria. Es más, no tengo entendido que los colorados sean grandes discriminados, y no los presentan en este caso, con ningún estereotipo que empeore su situación.
Distinto hubiera sido que se representara a un japonés con una cámara de fotos o a un gallego como cuadrado, o a una rusa, como una comehombres, o un judío como un mezquino.
Hay que estar en el caso concreto, medir cada situación particular, con exactitud, para que en nombre de la crítica al capitalismo no se cometan excesos.
Si nos largamos por ese camino, también las rubias se tendrían que movilizar por el logo de Danica Dorada, y las morochas por La Campagnola, las minorías étnicas por negrita de Blancaflor, y se deberían mover las minorías religiosas por el cuáquero de Quaker, y la sociedad protectora de animales por el tigre de zucaritas de kellogs.

No hay comentarios: